Los argumentos para decantar un vino parten de la base de que éste,
al pasar a un medio de boca amplia, como lo es el decantador, incrementa dramáticamente su contacto con el oxígeno. "Se decanta
para oxigenarlo", se dice comúnmente, pero: ¿qué se gana con esto?
Se supone que al establecer contacto con el oxígeno aquellas
partículas del vino que se mantenían presas en la botella revelan sus aportaciones al conjunto.
Para muchos bebedores novicios este arte es demasiado complicado
como para realmente percibir un cambio notable en el caldo.
Existen muchas personas que lo hacen simplemente por el
gusto de dejar el cuerpo "grosero" de la botella y traer a la mesa un recipiente de auténtico cristal alemán.
Las formas diversas que adoptan los decantadores en la actualidad
no sólo hacen atractivo su uso, lo han popularizado.
Otra de las ideas que la justifican tiene que ver con la
sedimentación que se extiende sobre el fondo de la botella con el reposo guardado. En muchos vinos la sedimentación es mayor
que en otros.
En realidad el hecho de que ésta se realice no altera mayormente
ni el sabor ni los atributos generales del líquido más allá de su presentación visual. Es decir, muchas veces se decanta simplemente
para eliminar la sedimentación que puede verterse en la copa y se ve raro, sucio, si así se quiere considerar.
La mayoría de los grandes catadores muestran una actitud
poco entusiasta hacia este proceso, reconociendo incluso que ellos mismos no notan los cambios que se dice aparecen con una
oxigenación más amplia del vino.
Algunos expertos en Francia dejan entrever que la decantación
en ciertos caldos llega hasta a ser perjudicial porque el cuerpo del vino puede sufrir serias alteraciones que previenen una
declinación en la fuerza y el carácter del líquido.
Recientemente la revista Wine Spectator establece la idea
de que esa operación no sólo debe prevenirse para ciertos caldos sino que puede generar un proceso de oxidación mayor de la
esperada, por tanto los caldos pueden sufrir un grave impacto que los altere y cambie su estructura profundamente.
Luego entonces, ¿decantar o no? Pues sí, pero no todos,
ni en cualquier momento, ni en cualquier lugar.
Un vino que ha permanecido guardado por largo tiempo puede
incrementar su fragancia y otros aspectos con la decantación, pero si éste mismo vino había iniciado su proceso de declinación
antes que la decantación ocurriera, lo más probable es que pierda todavía más.
Los vinos jóvenes como los que generalmente pueblan las
mesas de los restaurantes, realmente ganan poco al ser decantados pero pueden lucir un tanto más apetitosos en el nuevo envase.
Con todo, un vino de buen cuerpo cuyo vigor se encuentre
en plenitud, difícilmente podrá perder al ser decantado; por tanto usted puede abrir sus vinos en botella dos o tres horas
antes de ser servidos y dejar que el aire haga su papel.
Los franceses aclaran que la mejor forma de oxigenar un vino es
directamente en el mejor envase que existe, esto es: en la copa.
Decantar es realmente fácil, simplemente haga que el líquido
que procede de la botella choque contra una de las paredes de su decantador y se extienda en forma de abanico.
Sostenga la botella y observe bien el proceso.
Cuando se de cuenta de que los sedimentos amenazan con trascender,
pare la operación. Puede dejar la botella reposar un momento y repetir el movimiento.
Un vino de buena estructura, de color rojo intenso y aromas
complejos con notas de muchos frutos rojos.
Se deja reposar en barricas de roble un mínimo de 12 meses,
lo que le aporta aromas adicionales a caramelo y vainilla.
Muy frutal y de taninos altos, es un
vino carnoso, de cuerpo medio y finales largos y se recomienda como cortejo de carnes rojas a la parrilla o al horno y estofados
con salsas de sabores potentes.
Barricas
Recipiente
de madera utilizado para la crianza de vino. La barrica oxigena el vino lentamente y le aporta textura y aroma para suaviza
su sabor.
Elaboración.
Se
selecciona y seca la madera cuidadosamente, cortandola para hacer duelas (listones que forman la barrica) que posteriormente
son tostadas por la parte interior para curvarlas y adaptarlas a la forma de la barrica. Tras tener preparadas todas las duelas,
se va anillando la barrica poco a poco para llegar a conseguir una barrica sin fondo ni tapa, que serán incluidas al final.
Hay varios niveles de tostado, que darán diferentes sabores al vino.
Caracteristicas
que debe cumplir la madera.
Para
que una madera sea buena para hacer barricas tiene que contar entre sus propiedades de: permeabilidad, baja porosidad, densidad
y tamaño del anillo adecuados, alta resistencia mecánica, facilidad de hendido, alta durabilidad. Entre los diferentes tipos
de madera, la que mejor cumple estos requisitos es el roble.
Las
Maderas mejor valoradas.
Roble
francés: La mejor considerada. Roble americano.
En
la actualidad muchas otras denominaciones de roble están consiguiendo estupendos resultados.
Robles
de la Peninsula Iberica: Predomina el roble Quercus robur (norte y este), Quercus petraea (norte y este) y Quercus pyrenaica
(Castilla y León y norte de Extremadura). El Quercus robur y Quercus petraea proporcionan aromas similares al roble francés.
El Quercus pyrenaica da sabores mas fuertes semejantes al roble americano.
La importancia de elegir el momento adecuado para catar el vino para tener la certeza de saborear un vino en toda
su plenitud:
Cada vino tiene su propia evolución y es muy difícil prever por adelantado
cuándo alcanzará su plenitud. Por regla general, las pequeñas añadas alcanzan su culminación después de 10-15 años, mientras
que las grandes cosechas necesitan 20, 30 o incluso 40 años. |
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La copa ideal y su importancia:
La forma de la copa y su volumen así como la cantidad de vino que se sirve en ella tienen su importancia
en la cata. Entre las mejores copas destinadas a la cata de vinos de Burdeos, podemos citar el modelo Chardonnay de Riedel
de gran capacidad. |
Decantación
desde la botella si no se dispone de suficientes decantadores o únicamente por estética:
Hay que evitar decantar el vino varias veces. Una sola vez es suficiente. Varias decantaciones pueden
provocar una oxidación innecesaria. No utilice nunca una jarra. Una vez finalizada la decantación, tape el decantador. Si
hubiera que decantar varias botellas de un mismo vino, decante la primera en un decantador y después las otras de una botella
a otra llevando cuidando de aclarar las botellas antes de reutilizarlas. |